LOS CHICOS DE S&P

EL CANSANCIO FAVORECE NUESTRAS EQUIVOCACIONES Y NOS PREDISPONE AL PESIMISMO Y LA DERROTA. M.J. Alava

El Sol saldrá a las 5,54 h. y se pondrá a las 18,01 h.

Hay ocasiones en los que el post te lo dan escrito. Sólo falta darle a la tecla y firmar.
Y es que ni el F.M.I, ni el B.C.E, ni la Reserva Federal, ni el G-8, ni el G-20, ni el Presidende de los Estados Unidos, ni la Unión Europea; quien manda en el mundo son los chicos de S&P que desde sus flamantes oficinas de Nueva York bajan la calificación crediticia de Grecia, Portugal o del estado español y los manda al hoyo; así, a la brava. La cosa tiene bemoles, porque son los mismos que no supieron prever el descalabro de las hipotecas subprime y que estuvieron missing en la quiebra de la aseguradora AIG y del banco Lehman Brothers. A pesar del patinazo, estos muchachos siguen gobernando el mundo desde su atalaya de no se sabe qué piso de la ciudad americana.

Poco importa que agencias de calificación crediticia como Moodys y Fitchs -por casualidad también americanas- les desdigan en el caso de el estado español. El oráculo de sus palabras dicta sentencia como buenos emperadores romanos. Sería para partirse de risa, si no fuera porque los especuladores los siguen como a los nuevos dioses del mercado. El Ibex 35 se hunde porque han bajado la calificación de la deuda española de sobresaliente a notable alto. Vamos, que ahora nos equiparamos a Japón. Y claro, para estos chicos la cosa es gravísima, y si el gobierno no adopta  soluciones -las suyas- no piensan revisarlo. Con un par.

Uno se pregunta por qué no aplican la misma medida con el Reino Unido o con los propios EEUU, sumidos en una deuda pública escalofriante y un deficit público para echarse a temblar. Estos chicos ¿ya se han parado a pensar qué pasará con el país de las barras y estrellas el día  en que los Chinos se cansen de comprar los bonos que emite su gobierno? En fin, que la deuda española tiene un valor de 8 sobre 9 que teníamos.  Así que, ¡que les den!  Porque ellos no gobiernan más que en sus despachos, fueron unos ineptos con las valoraciones de las hipotecas basuras y porque para ser árbitro de algo antes hay que sacarse el carnet en algún lugar y porque sus consejos van dirigidos a los especuladores -de eso en estos lares sabemos un rato y así nos ha ido- del análisis técnico, a los que les importa un bledo las empresas en las que invierten con tal de sacar tajada. Fin.