martes, 11 de enero de 2011

«INDIGNEZ-VOUS!»

EL CONOCIMIENTO NOS HACE RESPONSABLES de E."Che" Guevara.

Un abuelete (con el MAYOR de los cariños) como Jose Luis Sampedro lleva años diciendo que el sistema que nos hemos creado es injusto y está en clara decadencia. Pero ha sido otro nonagenario, de origen alemán pero naturalizado francés, quien ha publicado un librito de 31 páginas en las que nos invita a rebelarnos. En el libro «Indignez-vous!», Stéphan Hessel, combatiente contra el nazismo y evadido dos veces de los campos de concentración, nos invita a cabrearnos simplemente porque "ya está bien". En el libro destaca que fue "el estado de indignación" lo que llevó a muchos a oponerse al nazismo; y subraya, en un repaso de la actualidad política, que siempre las medidas correctoras las sufren "los de abajo", mientras que a "los de arriba" nunca les toca.

El libro, editado por «Éditions indigene» (http://www.indigene-editions.fr/), lleva dos meses a la venta por el módico precio de tres euros. En ese tiempo ha vendido 500.000 ejemplares y se enmarca dentro de la colección "los que marchan contra el viento". Este hombre de 93 años nos invita a mantener la "cólera intacta contra la injusticia" que acampa por sus fueros a nuestro alrededor, y señala que "crear es resistir y resistir es crear". Stéphan Hessel dice que hay sobradas razones para rebelarse, porque la crisis la están soportando los inocentes mientras sus creadores permanecen tan indemnes como siempre.

La invitación a rebelarse cobra más sentido al sur de los Pirineos, en el que en nombre de la izquierda se ejecutan reducciones presupuestarias contra jubilados y funcionarios; se aplican subidas escandalosas en productos de primera necesidad como son el gas o la electricidad; o se programan reformas en el tiempo de cálculo de las pensiones sin que a sus diputados les afecten. Mientras tanto, la derecha se niega a todo pero llega a un acuerdo rápido para la constitución del FROB y así  evitar que la caída de unas Cajas de Ahorro, a la limón, mal gestionadas, dejen a su paso cadáveres políticos.

Son ejemplos, sólo ejemplos. Pero quien escribe corre el riesgo de embalarse recordando los recortes sociales sobre los trabajadores ("los de abajo"), mientras se mantienen los privilegios de la monarquía, los banqueros, la clase política o los grandes empresarios ("los de arriba"). De la misma manera, lo podría hacer en otro orden de cosas: como son el impresentable trato que se le da al planeta y la esquilmación de sus recursos para intereses privados, con las diferencias cada vez más abismales entre quienes más poseen y los que menos tienen; el tratamiento a los inmigrantes; la anulación de la limosna de 426 euros para los parados de larga duración, mientras que para la banca se tiene barra libre.

Podría continuar ad infinitum, porque hay motivos para rebelarse y porque "ya está bien".