martes, 20 de abril de 2010

- TOULOUSSE: HISTORIA DEL OLVIDO


Dicen que la capital de los Cátaros huele a violetas. Siempre me hospedé cerca de su Catedral o en las callejuelas estrechas que siempre gustan a los visitantes. En esta ocasión lo hice en la plaza por excelencia: la Plaza Willians, tan cerca de todo. Entorno a ella, en el Capitol o en la calle Tour que lleva a San Sernin, llegaron los republicanos españoles. Allí se asentaron -alrededor de 20.000-, se organizaron, realizaron congresos y fundaron un hospital.

Me alegré que el Ayuntamiento de Toulousse diera su nombre a un dique del río y que editara una guía para visitar los lugares en los que dejaron su presencia. Venían de perder una guerra y muchos se alistaron en la Falange Extranjera y fueron enviados a luchar a Argelia; otros, formaron parte de la Resistencia Francesa. Sus tanques con nombres españoles pintados, fueron los primeros en entrar en París el día de su liberación.

La mayoría no volvió a España. Se asentaron en sus calles y como dice su alcalde: "contribuyeron hacer de Toulousse una ciudad un poco más española y más republicana".

En toulousse se habla español. Sus descendientes abrazaron la cultura francesa y escribieron en los buzones y en los rótulos de las tiendas sus apellidos como placas póstumas que les recuerdan