sábado, 6 de marzo de 2010

PERDIGONES DE PLOMO



POCAS COSAS HAY MÁS DURAS DE SOPORTAR QUE LA VEJACIÓN DE UN EJEMPLO de M. Twainç

Se estima que son más de 60.000 la aves que mueren en este país por la ingestión de perdigones de plomo que confunden con alimento. Su ingesta provoca plumbismo y mueren intoxicadas al picotear el pequeño metal confundiéndolo por semillas que creen encontrar en el fondo de las charcas que pisotean en busca del alimento.

Las especies más afectadas son los patos, los gansos, flamencos y todo tipo de ánades, provocando graves daños en estas especies migratorias, aunque también se ven afectadas otros tipos, como son las rapaces. El plomo es un mineral muy dañino para el organismo y constituye un elemento tóxico esparcido gratuitamente por la naturaleza.

Los armeros han propuesto sustituir el perdigón de plomo por el de acero, pero este cambio no está siendo bien aceptado por algunos aficionados a la caza porque al ser más duro raya el cañón y aumenta el riesgo de romper el arma. Las críticas aumentan porque al ser el acero más pesado disminuye la velocidad con la que sale el perdigón del arma proporcionando menos precisión.

La munición de plomo está prohibida en muchos países del mundo y en España en algunos humedales protegidos. En las zonas donde se ha cazado de forma tradicional se cree que puede haber hasta tres millones de perdigones por hectárea. Los investigadores del CSCI han comprobado que un único perdigón por pechuga es suficiente para contaminar la carne por encima de los niveles máximos de plomo establecidos por la Unión Europea.

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