sábado, 6 de marzo de 2010

- LA PLUMA DE GANDHI



Dice la canción que "el abuelo fue revolucionario, el padre puso tienda y el hijo es funcionario". En ello debió pensar el bisnieto de Mahatma Gandhi cuando vendió la imagen de su abuelo por algo mas de 100.000 euros. Montblanc ha relizado dos series de 241 unidades cada una, en recuerdo de los kilómetros que el "profeta de la no-violencia" realizó a pie durante su marcha en 1.930, contra la subida de los impuestos de los ingleses.

Las plumas están realizadas a mano, son de plata maciza y oro de dieciocho kilates, coronadas por una piedra preciosa y un hilo de oro de ocho metros, en referencia al algodón que usaba en su rueca. Cada estilográfica saldrá por un precio de 17.000 euros. El proyecto se completa con la venta de 3.000 bolígrafos a un precio inferior a 3.000 euros. Como compensación, por cada pieza que Montblanc venda donará a la Fundación Gandhi entre 140 y 750 euros.

A uno le parece que la compañía realiza un uso frívolo de una persona considerada como "santa" en gran parte de la India. Los valores de la solidaridad y trabajo por el bien común, en actos como éste dan paso, al de la libertad personal como referencia absoluta para los negocios. El bisnieto es libre para comercializar con la imagen del abuelo, pero menosprecia su legado y deshonra su memoria. Seguramente las leyes le protegerán y reclamará sus derechos mercantiles como heredero.

Es una vuelta a empezar con el mismo discurso que los británicos, contra los que luchó Mahatma Gandhi, usarón para permanecer en la India y Sudáfrica. Los colonos justificaban su presencia allí sobre la base de la libertad de mercado y las leyes que les amparaban. En justicia todo en orden, en el suyo, pero esta no se correspondía con los intereses de la gente. Resultó, paradojas de la vida, que mientras el abuelo fue revolucionacio el bisnieto terminó siendo hacendado.

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