jueves, 15 de abril de 2010

TU VIDA



ES POSIBLE DAR SIN AMAR, PERO NO ES POSIBLE AMAR SIN DAR. R Brounstein

El Sol saldrá a las 5,57 h. y se pondrá a las 18,03 h.

Tienes una familia a la que adoras y es posible que también tengas que marchar cada mañana a trabajar o quizás a estudiar. Tienes tu vida y disfrutas, en la medida  que puedes, de esas comodidades que nos proporciona la tecnología. Perteneces a una sociedad que te permite desplazarte libremente y disfrutar de comodidades impensables hace 50 años.

Puede que no lo sepas, quizás porque vas muy deprisa y queda para otros, pero tú tienes otra vida en la indecencia de ese que come una vez al día mientras tú lo haces cinco veces o en ese mantero que, por no tener papeles, no tiene derecho a la existencia. Tu vida, esa que muchas veces desprecias por la mala suerte que te acompañó, se pierde en las cloacas de barrios marginales o en la vergüenza de tanto niño trabajador.

Te quejas de tu mala suerte y olvidas que ya te tocó el gordo al nacer en el lugar en el que vives; porque tú, que eres el hombligo del mundo, olvidas que tu vida se te escapa en los dedos que rebuscan su sustento en los vertederos de Bombay. Tú ,que echas tu mano al bolsillo y encuentras unas llaves y unas monedas, ignoras que algo tan normal constituye una excepción para  los 2/3 de la humanidad.

No se trata de que renuncies a lo que posees -te lo ganaste con tu esfuerzo y es obra de tu sudor-, pero sí que seas consciente de que tienes otra vida que dejas perder por tus justificaciones o cansancios  y de la que sólo te acuerdas cuando ojeas una revista en la peluquería o cuando algún medio de comunicación te abofetea con unas fotos espectaculares. De la misma manera que sabes que tus lamentos, olvidos o impotencia no aguantan la razón de tanta dejadez ante hambrunas, desastres naturales o pobrezas heredadas.

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