LOS RICOS QUIEREN VIVIR SOLOS

LA INJUSTICIA, DONDE QUIERA QUE OCURRA, ES UNA AMENAZA CONTRA LA JUSTICIA EN CUALQUIER PARTE de M.Luther King.

Las estadísticas y los medios de comunicación nos señalan que los ricos quieren vivir solos en su reino de fantasía y color de rosa. Las clases pudientes siempre se aislaron del resto de la sociedad; pero quizás nunca fueron tantas las personas que construyeron sus reinos de taifas en torno a palacios rodeados de discretas alambradas de seguridad.

Las nuevas tecnologías y la exageración por el miedo hace que muchas de ellas se rodeen de bunkers, sistemas de alarma, trajes antibalas, coches blindados y transporte aéreo de seguridad. Todo ello, bajo la supervisión de seguridad privada -eufemismo para llamar a lo que siempre se ha denominado mercenarios a sueldo-, muchas veces armada y dotada de sistemas de escaneo y control de las telecomunicaciones.

En torno a ellos ha surgido el gran mercado de la seguridad, con el deseo de proteger a una nueva élite social, que sólo obtendrá la tranquilidad necesaria el día que se provea a la sociedad de la justicia necesaria para que las diferencias nunca puedan ser tan ostentosas. Acortar la brecha que separa a la población humilde de los opulentos debiera ser objetivo de gobiernos y un clamor social. Para ello, es necesario erradicar todos los posibles casos de corrupción en los poderes del estado y establecer las políticas necesarias para repartir la riqueza.

Los ricos desean vivir solos, aislados del mundo, en su cortijo de cristal y rodeados de una parafernalia de medidas de protección que constituyen un escándalo para quienes no tienen sus necesidades mínimas de bienestar cubiertas. Se relacionan en una endogamia exhibida en la prensa rosa para más escarnio de quienes tienen dificultades para malvivivir.