Cuando estudié me enseñaron que básicamente había tres tipos de líderes: el democrático, el dictador y el que pasaba de todo. Poco sabía mi profesor, que a los albores del XXI, iba ha aparecer aquel listillo, chaqueta de pana, camisa de cuadros y lentes de pasta con formación humanista.
Muchos de ellos fueron "ogos"; me explico: sicólogos, teólogos, filólogos, sociólogos... Se presentaron como alternativa a un modelo capitalista alienante de la persona. Resaltaron sus contradicciones y militaron en el ecologismo y la objeción de conciencia. Fueron vegetarianos y se desplazaron en bicicleta.
Llegaron a cargos de responsabilidad con un dietario de diseño y se hicieron llamar dinamizadores, coordinadores o responsables. Siempre muy atareados, cercanos y con el verbo fácil. Eran la nueva España, la democrática, la idealista, la luchadora en la barricada.
Hoy se pasean en taxi y se dicen estresados. Llevan PDA y ordenador portátil. Tienen poco empacho en ser gerentes y critican a los que vienen detrás porque no aportan nada nuevo. Disponen de adosado, visten informal pero de diseño, y han abrazado el sistema "muy a su pesar" porque no se ha inventado nada mejor.Siguen en los mismos puestos donde comenzaron y se promocionan siempre por el bien común.
Me gusta verlos pasar tan dignos, cartera en mano, y me pregunto si habrán olvidado el temor del que protesta, la angustia del que se manifiesta o el desvelo del que va a la huelga.
Mi profesor tendrá que enseñar que ha nacido un nuevo líder, hijo de la transición, que abrazará al capitalismo como amante, aunque tenga al socialismo como esposa fiel.
Fin
Persiguiendo a Gabo
Hace 11 años
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