martes, 20 de abril de 2010

- JUDERIAS


He tenido el gusto de visitar algunos de las juderías de España. Mal señalizadas y abandonadas, apenas dicen nada al viajero que no vaya instruido para leer en sus piedras. Permanecen como testigos de su tiempo en todos los rincones del Estado.

Existen historias agradables y de respeto como la que mostró la ciudad de Vitoria no edificando en el cementerio de Judizmendi hasta que el rabino de Bayona (Pais Vasco francés) en 1952 les eximió de ello. Pero también hubo quemas y saquéos como en Ribadavia, Briviesca, Aguilar de Campoo... y en el call de Gerona

Lo habitual fue el desprecio y el expolio de patrimonios y personas en un conjunto de acciones torpes ejercidas desdes los poderes feudales. Los restos que nos han quedado no se corresponden con la importancia que tuvo su población (entre 270.00 y 440.000 según qué historiadores).

Para visitarlas es fundamental ser curioso y no tener prisa. Hay que dejar que el espíritu asimile lo que nuestros ojos ven, en un intento de interiorizar el contexto de las aljamas, baños, sinagogas y cementerios.

Normalmente localizadas en las proximidades de las murallas y en la actualidad cercanas a una iglesia importante o del Castillo si lo hubo. En muchos lugares no queda nada de sus callejuelas y plazas, pero sí puede haber un mojón en donde estuvo el viejo cementerio o la base de una columna en la esquina de una casa. En algunos sitios incluso encontraremos lápidas en las proximidades de las Iglesias.

Recorrerlas exige un respeto y un esfuerzo intelectual, muchas veces reñido con el ojo de la cámara y la decepción de lo encontrado. Bueno es hacerlo con un plano del lugar y recorrer con ojos de explorador las aljamas y sinagogas.

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