
Hoy hay convocada huelga general en el País Vasco por los sindicatos nacionalistas vascos, los españoles ya convocaron un manifestación el día 16. A todo esto el Gobierno dice que no entiende por qué. Lo que me invita a pensar que si ha estas alturas no comprenden que el chiringuito hace agua, con un déficit exterior que da gusto, un paro que va viento en popa y una recesión de las de órdago, mal, pero que muy mal vamos.
Uno se pregunta que tiene que pasar para decirle al Gobierno que se ponga las pilas. Los tipos de interés están por los suelos y los bancos no se fían ni de su propia sombra. Es más, son ellos más morosos entre sí que los hipotecados con ellos, pero la juerga de los beneficios de los directivos, como la canción: no pare...., no pare.....
El gobierno infló el ladrillo, en un intento de empleo para todos aunque no sepamos hacer la O con un canuto. Los bancos te regalaban el dinero y encima te amueblaban el piso, los tasadores revalorizaban las propiedades lo que hiciera falta (ya se sabe los pisos como el vino, cuanto más viejo más añejo) y los notarios dando fe de que la fiesta era de jabugo; con un par.
Claro,luego estaba el pringao, que era el que pagaba el cubata a todos estos que ahora dicen que no entienden por qué se hace una huelga en el País Vasco. Y añaden que lo que hay que hacer es arrimar el hombro y trabajar. ¡Bingo! Vamos, que para qué nos quejamos, si al fin y al cabo ellos ya hacen lo que pueden.
El Gobernador del Banco de España, que parece que de esto sabe, anuncia más despidos y pide que se reforme el sistema de pensiones. Los EREs aumentan con su espada de Damocles de 20 días por año trabajado y a correr que llueva. Algunos son partidarios de flexibilizar el tejido productivo e incentivar el consumo con ayudas a las empresas. Y uno que en su caso también constituye una sociedad con su hipoteca, banco, comunidad de vecinos, impuestos de bienes inmuebles, gasolina, IVA y su propia parienta se pregunta por qué no le incentivan a él para que decida en qué sectores productivos se gasta la pasta gansa.
Y ahora que hay convocada una huelga, el Gobierno Vasco no sabe por qué, como seguro que tampoco lo saben los agricultores que piden solidaridad por lo bajo que se les paga los productos en origen, o los autónomos que se quejan de lo mucho que curran, o los pequeños empresarios endeudados hasta las cejas, en muchos casos porque es la misma administración la que les debe una fortuna.
En fin, que la huelga es política, con oscuros intereses y que no responde a la realidad de nuestro tejido productivo que va de cine.
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